Sagrada Familia, Barcelona. Subo a un taxi con amiga del alma e hija. El taxista -de unos treinta años, morrudo, barba de dos días, aro brillante en la oreja derecha- acomoda a la bebe en el bebesit y pone el auto en marcha.
Luego de cruzar algunas calles siente la necesidad de contar que en tres meses nacerá su primer hijo. Mi amiga le pregunta el sexo, y cuando él responde que será varón, ella indaga por el nombre. Jorel, dice él, pronunciado yorel. Agrega que es un nombre hebreo y que la mujer preferido Joel, pero finalmente accedió.
No fue fácil. Discutimos. Ella decía Joel y yo Jorel. «Que Joel, hombre; que Jorel,mujer». Como estábamos atascados, le dije que preguntáramos entre los conocidos más cercanos. El más votado sería el vencedor.
Le pregunto si buscaban nombres judíos. Entonces me mira por el espejo -sólo le veo un ojo, se ve serio- y dice: «No, Jorel es el papá de Superman». Se escribe con guión Jor-El, pero nosotros se lo pondremos todo junto.
-Ahh.
Cuando nota nuestra ignorancia, explica de Smallville, la serie que cuenta la adolescencia de Superman, dice que además de Jor-El está Kal-El, que es Supermán (según pronunciación).
– ¿Y por qué no le pusiste directamente Kal-El?
-Claro que yo quería, por supuesto -vuelve a mirar por el espejo-, pero no pude convencer a la mujer. ¿Entiendes? Hasta Jor-El accedió. Más no pude lograr.
Después sigue contando de Smallville. Es fanático, vio todos los capítulos. Entonces suelta la frase para el bronce. «He visto hasta la novena temporada. Es lo máximo. La décima ya está, pero todavía no he podido porque está subtitulada y no consigo leer y mirar la imagen al mismo tiempo. He tratado, pero joder, que no puedo. Mi mujer sí que lo consigue, no se cómo lo hace». (Léase con acento gallego, de Vigo).
Aunque habla muy en serio, no se ofende por nuestras carcajadas, tan fuertes que las podría haber escuchado Messi desde el Camp Nou. Barcelona pasa por la ventanilla. Los edificios modernistas, los turistas acalorados, las estaciones de Bicing, parques, iglesias, museos, La Pedrera. La ciudad pasa, iluminada por el sol de la tarde. Pero el paisaje del interior del taxi es capaz de matar a Gaudí. Hoy, el paisaje está adentro y no afuera. Del Jor-El de Kryptonia no sé nada, del que llega en tres meses me animo a afirmar que se va a divertir.
Espectacular el taxi-comic!! Sin duda Jor-El se la va a pasar pipa!!!
jajajajajaja no paro de reirme!!!! si hubiese estado en tu lugar me habria tentado tanto…..