Este blog tiene algunos amigos de la casa y Teo Romera es uno de ellos. No es que nos conozcamos demasiado, pero nos conocimos en el camino, y eso es mucho. Fue en un parador de ruta, en la 40, un día de marzo de hace unos años, frío, con viento. Un día áspero, de esos que no dan ganas de bajarse del auto.
Él iba en su moto rutera y yo en una camioneta, en un viaje de trabajo para la revista Lugares. Fueron veinte minutos o quizás menos, ¿no Teo? Pero alcanzó para que me transmitiera sensaciones nítidas de su viaje por la Patagonia. Al llegar a casa, le hice una entrevista por mail.
Ese año, Teo había cambiado una vida de oficina por la vida que quería: viajar en moto. Después, lo leí desde desde Mongolia, Siberia, Kazakhstán, Eslovenia y Vancouver. Tiene un blog con muchísimos seguidores, que se llama Mr. Hicks, como su ídolo y gran comediante estadounidense.
A los meses de conocernos comenzaba uno de mis talleres de periodismo de viajes y Teo se inscribió. Fue un buen alumno, pero por lo que veo en su sitio lo suyo va por los videos. Donde esté monta un trípode y se filma. Hace unos días nos escribimos y me di una vuelta por Mr. Hicks 46, donde encontré este video. Arranca contando que se compró una súper moto, pero lo mejor es cuando aparece su madre, doña Esperanza, que además de recordarme a mi abuela me hizo pensar en las madres de los viajeros crónicos, que llevan pena también crónica por la incertidumbre de un viaje que viven como propio. Por cierto, la nueva moto se llama Esperanza.
Mientras Teo viajaba, a su madre le encontraron un cáncer. Entonces, en Vancouver, él decidió volver y suspender la aventura hasta que la operaran. Eso ya pasó y Esperanza se recuepera bien. Todo indica que pronto estará otra vez en la ruta. La próxima etapa: bajar desde Vancouver hasta Argentina, donde lo esperamos con un asado.
Mientras pasa el invierno en Madrid, sube videos del viaje. Este mes: Erzurum (Turquía), Georgia y las ruinas de Ani, en Armenia.
La otra Esperanza, la moto, ya tiene ganas de partir.
estupendo tu relato
para no ser una mujer motociclista, captas muy bien el animo que nos motiva ¡ un saludo desde uruguay al norte, gero