Cama, café y charla en Santa Teresa

El que fue más de una vez a Río de Janeiro y no está desesperado por abrir los ojos en Ipanema o Leblón puede tener en cuenta hospedarse en Santa Teresa, un barrio tranquilo, antiguo, arbolado, bohemio y con buenas panorámicas de la ciudad.

Hay tres o cuatro hoteles de mediano presupuesto, un par de opciones de lujo boutique y dueños franceses, como Santa Teresa y Mama Ruisa, y también existe una red de alojamiento en casas de familia. Se llama Cama e Café y es una versión brasileña del bed & breakfast. Fue creada por un grupo de residentes de Santa Teresa y da la posibilidad de experimentar eso de sentirse como en casa fuera de casa.

Hoy la integran más de 40 residencias particulares. Están divididas en tres categorías: económica, turística y superior. En los tres casos, suelen ser casonas antiguas, que tienen uno o dos cuartos para huéspedes. Las dobles más económicas cuestan desde R$120 en baja temporada y 160, en alta.

Hace algunos meses cuando estuve en Río, me quedé en la casa de Renata Bernardes, que se llama justamente Casa da Renata, y está en la Rua Alexandrino, la más larga del barrio y una de las más extensas de la ciudad. Es un caserón antiguo, con tres cuartos dobles. Después de aprender las normas de seguridad de la casa, uno entra y sale a su pinta, con su llave. Según la disponibilidad de tiempo del dueño de casa, lo verá más o menos. Renata es una mujer ocupada, así que no nos vimos mucho. Pero una noche coincidimos en el living, lleno de fotos de gatos, muñequitos de gatos y dos gatos reales. Conversamos un rato sobre la vida y el barrio.

Me contó que se mudó a Santa Teresa en los 90, cuando todos querían irse porque era un lugar inseguro. En esa época Renata se unió con unos vecinos y formaron la agrupación Viva Santa, “para sacar al barrio de los policiales y ubicarlo en la sección cultural”, me dijo fiel a su lenguaje periodístico, en el living, mientras acariciaba a uno de sus gatos.
El movimiento fue creciendo y un día de 1996 se les ocurrió abrir los talleres de los artistas para que la gente pudiera conocerlos y ver cómo trabajaban. “Una conocida trajo la idea de Cambridge, me acuerdo que la primera vez fueron diez artistas y que para organizarlo sacamos el dinero de nuestras carteras. Logré ponerlo en la agenda del diario y la repercusión fue inmensa”. Así nació Arte de Portas Abertas y muchos cariocas que nunca habían subido al barrio, se acercaron a conocerlo. De ese día pasaron trece años y hoy el encuentro artístico cuenta con el apoyo de empresas de primera línea y es uno de los eventos destacados en la agenda de la ciudad.

Definitivamente, no es lo mismo un dueño de casa que el conserje de un hotel. Gracias a Renata conocí The Maze, el bar para escuchar jazz en una favela, supe que mis jabones preferidos se vendían ahí nomás, en Lapa, y me enteré que además de subir en taxi a Santa, se puede subir en moto express por la mitad de precio y el doble de aventura, todos, datos útiles que se parecen más a los que da un amigo que hace tiempo vive en la ciudad.

Esta entrada fue publicada en Brasil, Check in, Costumbres, Herramientas, Hoteles, Recomendados, Río de Janeiro. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta en “Cama, café y charla en Santa Teresa

  1. Ana dijo:

    Tu blog es excelente! Coincido con todo lo que decís respecto de la sensación y de la experiencia de viajar. Y además están buenísimos los datos. Me considero una «viajera libre» que, en este caso, está por viajar a rio por décima vez y estaba necesitando conocer algo así, una experiencia más íntima.

Deja una respuesta