Hace un par de años escribí una nota sobre el DF. El título era La Ciudad sin fin y apenas contaba algunos trazos del defectuoso, como le dicen algunos. Ahora después de más de un mes de estar en México y varios posts si escribiera un artículo le pondía el país sin fin.
Y porque no termina nunca y a la vuelta de cada esquina hay una buena historia, todo esto quedó pendiente y más. Si sigo, el Especial México se comerá a Viajes Libres. Con chile, eso sí.
La lucha. Es una pasión y un viaje al México más profundo. Van padres e hijos, madres y abuelas a ver cómo se enfrentan enmascarados musculosos en «sangrientos» mano a mano. La peor humillación es que te quiten la máscara, como le pasó hace un par de viernes a La Park cuando luchó contra El Hijo del Perro Aguayo. Los herederos de El Santo y Blue Demon también pegan y dan mortales en el aire y causan fanatismo entre los espectadores. El Hijo del Santo, Místico, Shocker y Black Warrior.
El chile. Algo se dijo pero hay más. Y hay tantos. El chipotle, el poblano, el pasilla, el árbol, el terrible habanero y el peor de todos: el piquín.
La contaminación. Un atardecer subí a la Torre Latino y el horizonte era una bruma gris y rosada. Cada tanto la atravesaban helicópteros que partían desde edificios que no se alcazaban a ver.
El show de Paquita La del Barrio en el Teatro Blanquita, atrás del Palacio Nacional de Bellas Artes. Una muestra de lo bizarro que puede ser México. En medio del show, cuando ella cantaba el hit Chiquito, que cuenta sobre un hombre que tiene todo, todo chiquito, aparece un enano en el escenario con un delantal de cocina que dice: El club de los inútiles. Y desde abajo trata de pelearla, de mostrarle que él sí tiene biceps, tríceps. Pero ella lo denigra desde su monumentalidad bordada de lentejuelas. Hasta que él se cansa y abandona el escenario cruzando el palco principal, mientras ella le grita: «A tí te estoy hablando, inútil».
Las banderas gigantes, los más de once millones de millonarios que existen en México, los guaruras, las teiboleras, el Templo Mayor, el café de Oaxaca, la luna llena de Mazunte, los gusanos de Maguey, los chapulines, los narcopueblos, el mataviejitas y tanto tanto más. En fin, imposible abarcarlo todo en un país sin fin.
Corto y preciso, al menos para darnos una idea de sta gran metrópoli, que en lo personal encuentro fascinante.
muy buen título, pero observese que para cumplir cabalmente con él, tendría este que ser un artículo sin fin, puesto que de México restan muchas cosas interesantes por decir…
por cierto la mataviejitas es mujer… saludos
KttwLN I’m not easily impressed. . . but that’s impressing me! 🙂