Ella es una cubana linda. Tiene la piel del color de un coco maduro, ojos oscuros, pestañas largas y labios gruesos. Sus tetas son pequeñas, naturales y lleva las uñas pintadas de rojo. Es la guía del ómnibus que va de Cayo Coco a Cayo Guillermo, dos cayos de moda en los últimos años, perfectos para quienes buscan vacaciones de sol y playa.
Ella pasa a buscar a los turistas por el hotel, los saluda y cada tanto cuenta algo que justifica su trabajo de guía, tipo: “Este es el antiguo aeropuerto de Cayo Coco, que desde hace unos años es el Parque Nacional Bagá”. El ómnibus pasa por la antigua pista de aterrizaje y se siente el calor que llega desde el asfalto. Hace 32 grados y el resplandor asesina la vista de un saque.
Además de todo lo que tiene, la cubana tiene un poco de pancita, aunque a decir veldá, como le dicen aquí a la verdad, no me di cuenta hasta que me la mostró. Y eso fue después de preguntarme por la depilación definitiva.
Ya no había turistas en el bus, entonces en un rapto de confianza ella se dio vuelta y me dijo: “Estábamos hablando con el chofer de lo peluda que es la recepcionista de ese hotel. Yo le comentaba que escuché sobre una crema que te saca los pelos para siempre, existe eso?”. Me miraba fijo, muy interesada, como si estuviera esperando la respuesta de su vida. Le dije que creía que existía un método llamado depilación definitiva y que era con láser. Ella quería saber más, se moría por estar en una peluquería charlando de coquetería y ruleros. De la depilación definitiva pasamos a las cirugías estéticas. Ahí pregunté yo, si se hacían, cómo se pagaban, quiénes podían acceder. La cubana linda se agachó y se acercó a mí, como para decirme un secreto. Y me lo dijo: “Tienes que tener amigos y te haces lo que quieras”.
Después, me preguntó por la cirugía que saca la panza, me habló de liposucción y me mostró su rollito inofensivo. Después conversamos de las siliconas. Ahí se miró sus tetas pequeñas y dijo que «Uy, no, no podría tener algo extraño». No pude verle los ojos porque llevaba anteojos oscuros, pero igual no le creí. El ómnibus llegó a mi hotel, le pagué el viaje, que costaba 5 CUC y nos despedimos hasta pronto. Si alguna vez vuelvo a Cayo Coco sé que la cubana linda tendrá las tetas operadas.
Una vez recuerdo que sali por la noche y volte a la casa particular con una chica muy linda y mui simpatica y ella ante de «ir a dormir» me dijo «que Dio me perdoni» y se hacia la señal de la cruz…el dia siguiente por la manana le pregunte por qué aquel gesto y ella me contó que 15 dias antes se habia casado …con un italiano…no le creia …y entonces ella me mostro el certificado de accasamiento…esto es lo que lembro ante de todo de las chicas cubanas
será que se viene la revolución de las lolas!
En esa revolución no me engancho. Prefiero las lolas juveniles, turgentes y naturales…
Cómo me gusta imaginar que la chica linda lo dijo en serio!!!
Es tan triste ver el progresivo travestimo cubano como ver la deformidad de un cuerpo de mujer con injertos de silicona…
Qué pasará con la cubana, la Cuba linda?
yO VIAJE A CUBA Y TODO LO QUE LOS CUBANOS HACS ESPOR ALGO YA QUE ELLOS PASAN MUCHAS NECESIDADES PERO SON GENTE CARIÑOSA, Y DE BUEN CORAZON ME CASE CON UN CUBANO AL QUE AMO MUCHO Y LUCHO POR TENERL OEN MI PAIS SE QUE NO ES FACIL PERO LO VOY A LOGRAR SI PUDE IR A ESE PAIS, LO QUE VIENE NO ES NADA.