«[…] cuando se despertó aquella mañana, arrancada del sueño por una diminuta mosca de alas transparentes y compacto cuerpo negro, irremediablemente perdida, imparable e inquieta, que volaba zumbando por encima de su cara, Akhila sintió en su interior una extraña necesidad de viajar. Pensó que era consecuencia de los sueños que había tenido la noche anterior.
La mosca se posó en su ceja un brevísimo segundo y se frotó las patas con energía. Las moscas hacían esto todo el tiempo; cargando y descargando enfermedades y desengaños. Pero aquélla, un adulto joven, no tenía para descargar más que gérmenes de insatisfacción. Akhila la espantó con un gesto de la mano, pero la mosca ya había llevado a cabo su misión. Una corriente de ideas como larvas inundó su roja sangre y su pensamiento hasta que Akhila sintió un profundo deseo de subirse a un tren. De marcharse».
El Vagón de las Mujeres, de Anita Nair, Alfaguara.
Qué bueno el relato del libro, me encanta cuando recomendás o citás libros con relación a los viajes. Al fin y al cabo leyendo se viaja también.
hadutC I’m out of league here. Too much brain power on display!
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