Ciudades personales: el amor incondicional

Hace unos meses escribí un artículo sobre París para la revista Lugares. Antes de viajar decidí hablar con algunos amigos que habían vivido allí o viajado con frecuencia. Les pedí que me contaran sobre sus «parises personales».

Así supe que la rue Mouftard era una de las preferidas de I. También me enteré que cuando P. vivía allí le gustaba vagar por el cementerio de Passy y sus alrededores. Y supe que E. prefiere viajar solo a París. Siente una especie de loca posesión, de esas que uno siente a veces por la persona amada. Hasta le molesta que le hablen cuando camina por la rue de Buci. Si alguien elogia la ciudad delante suyo íntimamente pensará que esa persona no sabe qué es querer a París.

Así como existen «parises personales», también hay Buenos Aires y Pragas y Budapest y Bogotás personales. Como los seres amados, las ciudades personales tienen algunos barrios reales y otros construidos. Son ciudades que les pertenecen a una especie de viajeros capaz de quererlas más que los propios habitantes, más que a su ciudad de nacimiento. Más.

El amor entre las personas y las ciudades puede comenzar con un recuerdo, una conversación casual, un edificio, una luz, un momento. Algunas veces es tan radical que comienza incluso antes de conocerse. En general, son relaciones que se cultivan durante toda la vida: uno la visita y la ciudad responde con nuevos recuerdos, amistades, luces, edificios, momentos. En épocas sin viajes, la televisión, Internet, los libros y el cine acortan la distancia. En esta clase de amor, la poligamia está bien vista, no existe el divorcio y la distancia no es un problema. Bueno, a menos que después de treinta años sin París, el corazón se muera de emoción ante una vuelta.  Después de todo, hay amores que matan.

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5 respuestas a Ciudades personales: el amor incondicional

  1. Martina dijo:

    Qué razón tienes, Carolina! Viví un año en París y oírla nombrar siempre me remueve por dentro.También prefiero volver sola.Es como un reencuentro íntimo con ese amor antiguo que uno ni olvida ni encontrará nada que se le parezca. Acuérdate de lo que decía Borges sobre Buenos Aires:»Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así,celoso».

    Saludos

  2. Ed dijo:

    Secretos y predilectos rincones del planeta? Ely Place en Londres. Turistas y londinenses abstenerse. Es sólo para mi.

  3. Claudio Carpio dijo:

    Mi ciudad personal es Barcelona; fui 7 veces por trabajo y cada vez que iba me gustaba más y más. Tiene todo: historia, cultura, gastronomía exquisita, el barrio gótico, el puerto, la movida nocturna, los bares cutres, el Camp Nou del Barca, el idioma catalán (música para mis oídos), la Sagrada Familia, la Pedrera, las obras de Gaudí….y por si fuera poco allí viven varios amigos/as. ¿qué más puedo pedirle?. La extraño un montón. Volveré….crisis financiera mundial mediante.

  4. mamen dijo:

    acabo de regresar de paris ,es mi sexta vez, durante una semana he disfrutado paseando y observando su arquitectura ,la solided de sus edificios ,fachadas de iglesias ,su puentes ….pero esta vez lo que me ha sorprendido gratamente han sido los parisinos exageradamente amables , me han aportado calor en dias de tremendo frio .AMO PARIS

  5. Ivan dijo:

    Paris, je ne t’aime pas. Vivi en esa hermosa ciudad por espacio de 3 meses -el tiempo que me duro el dinero- y no niego que es preciosa la ciudad. Mi paris personal seria un banca en Ile de puteaux, devorando unos libros en español. Ese momento donde la soledad se hacia menos. Donde el leer palabras conocidas, transportandote a tu nostalgia por el pais que dejaste. Pero, aun con este paris intimo, no lo amo. Se llevo a la mujer de mi vida…

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