«A veces, cuando avanzas en silencio por paisajes tan desolados, pierdes la cohesión como ser humano y te sobreviene la alucinación de que te vas disgregando progresivamente. El espacio que te rodea es tan vasto que es difícil mantener el sentido de la proporción con respecto a la propia existencia. ¿Me comprende usted? Mi conciencia se iba dilatando junto con el paisaje y acababa por ser tan difusa que no podía mantenerme aferrado a mi cuerpo. Ésta fue la sensación que experimenté en medio de las estepas de Mongolia. «¡Qué inmensidad!», pensaba. Más que la estepa parecía el mar. El sol ascendía por la línea del horizonte del oeste. Ante mis ojos, esto era lo único que cambiaba. Y hacia este desplazamiento del sol yo sentía algo que cabía definir como un enorme amor cósmico.»
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Haruki Murakami.
(En la estepa patagónica, esta apreciación del teniente Mamiya al Sr. Okada se siente cercana a pesar de que Mongolia quede tan lejos.)
disfrute leer esto.
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Muy linda cita. Mamiya dejó la piel en ese viaje.