Ayer me llegó un correo contándome que desde este mes la revista peruana Etiqueta Negra se consigue también en Miami. En Etiqueta se pueden leer crónicas de viaje, crónicas en general, ficciones. Es una revista con lectura asegurada para todo el mes.
En el número de julio escribí un texto breve, una suerte de confesión sobre Taxco, una ciudad a la que como leerán, no volvería. La nueva Web de la revista está en construcción, por eso copio el texto abajo. Antes, una recomendación: cuidado con Taxco.
«Hacer shopping en un pueblo-escalera es inhumano. Por eso no volveré a Taxco, la ciudad donde viven los artesanos plateros más famosos del mundo, la Meca de la Plata donde todos los sábados hay un tianguis –como llaman en México a los mercados– de plata, pero sobre todo una ciudad de plata entre laderas y cerros donde siempre hay que subir o bajar.
Es una mañana de sábado y, desde el DF, he demorado tres horas de viaje en un bus. Me da tiempo para pensar qué quiero comprar: seis pares de aros de plata, un collar –¿o dos?– de plata, algunos dijes y cinco regalos de plata para mis cinco amigas.
–En un rato lo resuelvo y después recorremos el pueblito –le digo a mi novio que me acompaña.
Prefiero la plata al oro. Supongo que me atrae más el color, el brillo, la temperatura. La plata me parece más fresca, menos pesada aunque pese lo mismo. Una vez, hace muchos años, me dijo mi abuela que algún día me interesará el oro, más adelante.
Porque ahora he llegado a Taxco, la ciudad de la plata, y me bajo del bus apurada. Es cierto que preguntando se llega a Roma, pero me gusta más la idea de llegar por mi cuenta. Decido que esa calle angosta y empedrada me conducirá a la plata. Entre los nervios y la subida, alcanzo el final jadeando.
Arriba hay negocios de plata con letreros que dicen: «Artesanos Plateros», «Platería antigua», «Diseños prehispánicos». Pero son carísimos. Esto no es el tianguis que me había imaginado. Miro la hora: son las 13.40 y aún no compro nada. Peor aun, la ciudad se ha llenado de turistas europeos que cambian euros y compran y compran y compran. Y compran plata. Mejor pregunto dónde está el tianguis, no hay tiempo que perder. Quiero comprar plata. Me dicen que baje por ahí, que doble en la primera y ya. Así lo hago y, después de doblar, encuentro mi tesoro: una vía larga, fina y oscura como los pasadizos árabes, con miles de puestos uno pegado al otro, todos radiantes de plata: aros, collares, pulseras, dijes, medallas, colgantes que me miran. Todo Taxco está mirándome como nunca nadie me ha mirado. Aunque, ahora que lo recuerdo, aquél vestido verde en São Paulo también me miró lindo.
Los sábados de feria, Taxco provoca. El pueblo entero se convierte en joyería descomunal, con millones de accesorios al alcance de la mano, sin la distancia de las vidrieras. Los sábados de feria, Taxco es redundante como una torta que tiene dulce en el relleno y en la cobertura también. Llama a la gula, al pecado. Y porque tengo temor de Dios, no volveré a Taxco.
Me brillan los ojos, por fin he llegado. Siento que he descubierto algo. No sé ni me importa que en Taxco haya talleres de platería desde 1930. Tampoco me interesa la historia, ni el barroco ni las visitas turísticamente obligadas. En este momento estoy en el cuerpo de un conquistador que ha llegado a su destino y ahora tiene que arrasarlo. Pienso en Alvar Núñez Cabeza de Vaca cuando descubrió las Cataratas del Iguazú. Éste es mi momento, tengo que concretar la primera compra.
–Señora, ¿cuánto valen esos aretes?
La mujer me dice que sólo vende al por mayor, que debo que llevar diez pares como mínimo. Taxco se está complicando. Sigo al otro puesto, pero ya no sé si me gustan los aretes largos de plata o los topitos con una turquesa. La gente me empuja y, sin quererlo, estoy en el puesto de al lado, que vende collares. El hechizo de Taxco, un sábado, se termina a las cinco o seis de la tarde. Miro el reloj otra vez: son las tres y todavía no compro nada. Comprar sin tiempo puede ser fatal y en Taxco el tiempo siempre falta. Por eso no volveré a Taxco.
En un momento veo un collar de perlas de plata y él me ve a mí: amor a primera vista, pienso. Lo compro y a partir de ahí empiezo a gastar. Me desato, corro por las calles como un caballo desbocado con sed de plata. Me olvido de mis amigas, me colma un egoísmo planetario que me da miedo pero es incontrolable. Compro con la rapidez de un incendio. Compro plata hasta que se me acaba la plata. Quiero gritar como grita Prince. Pero pido más, como piden los jugadores compulsivos.
Mi novio, que hace rato que me mira preocupado, me dice que me presta, que vamos a un cajero. El cajero se traba y la plata no sale. Mientras, la otra plata está ahí reluciente, esperándome. Pienso en separarme, en vender mi cartera, en cambiarla por plata. Pienso en lavar copas en un bar de Taxco, en asaltar a unos gringos. Hasta quiero pedir limosna en la catedral de Santa Prisca. Pero no hago nada. Simplemente bajo la calle como con la mirada infeliz de un penitente. Me subo al autobús de regreso al DF y, acariciando mi collar de perlas de plata, juro por el Cristo de los Plateros que a Taxco no vuelvo.»
Esa sonrisa cómplice al leer la nota me delata. Me confieso obsesiva-compulsiva, enamoradiza a primera vista, con poderes para escuchar esos ecos desde las vidrieras que pronuncian mi nombre, y además, gran descubridora de “oportunidades”.
Prefiero la plata. Y pienso pecar mucho en Taxco algún día. Pero ahora se me viene a la cabeza esta pregunta… ¿Qué valor socio-cultural le adjudicamos al oro y no a la plata? Me arriesgo a asegurar que todos recuerdan quién les regalo ese anillito de oro y en qué ocasión.
Caro que buen relato, que auntentico, mientras lo leia me imaginaba a un personaje de maitena… que divertido!
La Plata nos habla y nos dice: comprame comprame!!! no se puede negar!!! Pero me entristece saber que a eso va la gente a Taxco, fui con mi familia hace unos dos años y me maravillé con el paisaje que se tiene desde algunos restaurantes con la vista de las calles que serpentean hasta perderse en las alturas y la riqueza de su arquitectura, yo SI regresaría a Taxco pues la vista y la comptra d ela plata por supuesto no se puede comparar….
ME ENCANTO TU RELATO.ME HAS HECHO REIR.LO QUE LAMENTO ES QUE MI NENA,SE HAYA QUEDADO SIN UN COLLAR .BESOS Y BUENA SUERTE.ANGELINA
Ma, estás firmando con mi nombre! se nota que alguna vez posteé desde tu compu y ahí nomás quedó. Sí, Carol no me trajo un collar pero me regaló un bonito espejo con forma de sol.
A mi más que la plata o el oro me gustan los quesos.
A Taxco lo pasé por arriba, volando del DF a Acapulco. Yo no volvería más a Acapulco (excepto por los clavadistas) pero sí me encantaría ir alguna vez a Taxco, aunque no compre nada, cosa que es lo más probable si sigue esta paridad cambiaria tan desfavorable para nosotros.
Qué espectacular tu relato!! Me encantó!! Te transformaste en Gollum: mi tessssoroooo!!!!
ja,ja! que divertido! por mas que trato no te imagino fanatizada por esa lujuria consumista de plata!
Pero evidentemente hay una magia en todo eso y nadie zafa!
Besos
Buenísmo el relato Carol!! pero yo si volveria a Taxco. Si uno se queda varios dias puede, además de comprar plata en forma mas relajada, disfrutar de un pueblo bellisimo. Las calles hacia arriba y abajo, la iglesia, la plaza, el mercado… Yo pasé en Taxco un año nuevo inolvidable.
Jaaaa, me rei un monton. Que divertido.. Quisiera conocer al q dijo q no volveria mas.. yo ya fui 5 veces, y proximamente el sabado 30 voy o vamos con Clarita una vez mas.. asi que si se te antoja alguito, avisa nomas! Me encanta Taxco, desde q me subo al autobus hasta el perderme x esas callecitas, hasta comer en una terracita, con vistas espectaculares.. si, es cierto q los sabados Taxco se atasca, pero sugiero ir con calma y tolerancia a las explicaciones de como llegar o esquivar al tianguis, la misma q se necesita para sobrevivir en Mexico, ni modo che!
Hola, he llegado aqui cual paracaidista a media tertulia, estaba buscando fotos de Taxco para escribir un post para mi web. Yo tuve oportunidad de vivir allá 6 meses de mi vida y bueno, opté por alejarme de los puestos, que si, te atraen como pequeños planetas, me reí mucho con tu relato, y sentí de nuevo la impotencia de no poder llevarme todo lo que quería. Aunque ahora que lo pienso, mientras miro las fotos, lo que más me gustó de allá fueron estas épocas, el otoño y los días de muertos, que ya están cerca. Después de ver a los flagelantes en semana santa regresé a mi playa algo asustada, pero es hermoso.Debes volver! sientate en una banca en la plaza, y mira la gente pasar, cómete un helado, y lleva suficiente efectivo, para que no te traumes tanto.
Saludos!
Srta, Sra, Jovén, Adolescente… no se!! Pero de lo que si estoy seguro es de tu gran capacidad para convertir un relato que puede ser aburrido en cuenta cautivador que como los puestos de mercado fue imposible dejar de obsrvar hasta terminar de leer. Desde Colombia un agradecimiento por sacarme unas carcajadas en medio del stress cotidiano y laboral. Voy para México el viernes y el lunes estaré en Taxco… Me hubiese gustado ir el sábado y vivir en carne propia tu «tianguis».
nah estas chavo o chava chika (o)taxco es de lo mejor qe puedas encontraR y lo siiento jaja si es qe te fue a si no fue por qe visitaste taxco es por qe tienes tan mala suerte qe de venir a taxco contagiaste a taxco kon toda tu mala vibra por eso te fue komo te fue y si no vuelves jaja.. pues la verdad qe mejor para taxco asi no nos llenaras de tu mala vibra besotes ajaja..
a y plis no Visitez taxco es una orden no un ConsejOo!
BYE BYE.
HAHHAHA que risa tu relato, a mí me pasó LO MISMO, fuí y quería TODO, me quedé con apenas el dinero para regresar a Acapulco.
Pero si volveré a Taxco =D
Y «Kathy» que tonta con su comentario, no entendió nadita el relato. Saludos.
Jajaja está buenisimo tú relato, hiciste toda una pelicula, pero me confieso me encanta la plata, no he tenido oportunidad de visitar taxco, espero este año ir creo que a más de uno le pasa lo mismo..»SUERTE»…
Está buenisimo tú relato, hiciste toda una pelicula, pero me confieso me encanta la plata, no he tenido oportunidad de visitar taxco, espero este año ir creo que a más de uno le pasa lo mismo..»SUERTE»…
Hola, Hola, la verdad es gracioso lo que has escrito y veo que ya es de un tiempo considerable, yo soy de Taxco y la verdad creeme que te faltaron muchas cosas que conocer de Taxco,mucho paisajes, Muchos diseños de plata, aunque la verdad un dia es muy poco para recorrer la ciudad, te recomendaria las ferias, son geniales, sobre todo la feria de la plata que es en fechas de noviembre, saludos…
Que barbara!!!! Que maravillosa manera de narrar tu experiencia!!! Me transportaste a Taxco, me maravillo tu estilo, por favor, escribe algun libro y avisame cuando lo publiques!!! Seras muuuuy exitosa!!!!
Felicidades, y si por favor vuelve a Taxco y cuentanoslo!!!!!