 Así como Europa generó el lenguaje de las flores, el Cono Sur inventó el lenguaje del mate.
Así como Europa generó el lenguaje de las flores, el Cono Sur inventó el lenguaje del mate.
Mate amargo: indiferencia o quitate todas las ilusiones, llegas tarde.
Mate dulce: amistad.
Muy dulce: qué esperás para hablar a mis padres?
Mate con toronjil: disgustos.
Con canela: ocupas mis pensamientos.
Mate con azúcar quemada: simpatía.
Con naranja: ven a buscarme.
Con melaza: tu tristeza me aflige.
Con leche: estimación.
Con café: ofensa perdonada.
Muy caliente: yo también estoy ardiendo de amor por ti.
Frío: me eres indiferente.
Tapado: calabazas.
Lavado: a tomar mate a otro lado.
Espumoso, exquisito y fragante: te quiero con todas las de la ley.
Del «Pequeño vocabulario y Refranero Criollo», de Tito Saubidet.
