Flor de estación

Vendedora de girasoles en Windhoek, Namibia. Atrás una buganvilia fucsia. Al Este y al Oeste, donde no llega la foto, una flor y otra flor celeste (¿lila?) del jacarandá.

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Galería de libretas de viaje

La mítica                                                                               La pop

La cool                                                                                 La ecológica

La de museo                                                                           La étnica

La vieja gordita                                                                                 La regalada

La infantil                                                                          Modelo Pasaporte

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En Valpo, con los ojos cerrados

No estuve en Valparaíso esta tarde, pero si cierro los ojos puedo ver las casas viejas pintadas de colores y los cerros que dan al Pacífico. No tengo que hacer mucho esfuerzo para imaginar un pisco sour en la terraza del Gran Hotel Gervasoni; tampoco para sentir el olor de una paila marina en una caleta de pescadores. O escuchar un tango en el J. Cruz. No estuve en Valpo esta tarde, pero en cierto sentido pasé la tarde ahí, celebrando con mis queridos amigos porteños, viñamarinos y santiaguinos. (El acento no fue necesario evocarlo, lo escucho aquí y allá: este fin de semana Buenos Aires está llena de chilenos).

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Médium de las Vacacionum

Por hache o por be, me tocó llevarle una revista Lugares al sobrino de uno de mis entrevistados de la nota de Montevideo. Él se la haría llegar a su tío, que tiene más de 80 años y vive en Carrasco. Por hache o por be no pude ver al sobrino, que trabaja en una financiera.

Lo imagino ocupado, rodeado de números, papeles de bancos, sonido de la Bolsa y llamados, algo estresado quizás. Imagino el momento en que la revista aterrizó en ese contexto de oficina del microcentro, como si le pusieran una maceta con una plantita en el medio del escritorio. Le llamó la atención, la abrió y de repente se puso a viajar. Sin reservar, sin sacar pasaje, sin ajustarse el cinturón, incluso sin pagar. Sólo con pasar algunas páginas.

Por hache por be, después de un rato el sobrino me llamó para agradecerme el gesto de llevarle la revista. Eso dijo, pero en realidad creo que su llamado fue porque quería hablar de viajes. Así cómo viajó a través de las páginas de la revista, salir de la oficina a través mío. Contarme que le encanta viajar, que le gustaría ir a Etiopía y que tiene un lugar preferido en Corrientes, unas barrancas al Paraná sobre las que prometió escribir. No es la primera vez que me pasa. A veces creo que tengo algo de médium. Médium de las Vacacionum.

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¡Viva el surrealismo mexicano!

De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas.” Eso escribió Dalí, a la vuelta de algún viaje por tierra azteca.

La imagen de este post fue tomada por Gustavo Gatto, fotógrafo argentino radicado en México . Unos días atrás terminó su libro De imágenes y palabras, que hace foco en el surrealismo que encontró en las calles del DF, una de las ciudades más grandes del mundo. Se puede hojear y comprar en blurb. Más fotos y más surrealismo, aquí.

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Nuevos mapas y guías del Norte

Me gustan los mapas de la Editorial Asiru. Ok, puede que no sea del todo objetiva porque conozco a una de sus editoras, la fotógrafa Ivana Salfity. O quizás sí, en el fondo es un aporte a mi objetividad, porque sé cómo trabaja. Sin mencionar que es salteña y conoce muy bien los pagos del Norte querido.

Asiru es una editorial familiar que nació en 2008 y se propuso hacer mapas donde además de ver las rutas, se pueden conocer los detalles naturales. De un lado hay una imagen satelital y del otro, el mapa topográfico, las alturas de cada localidad,  distancias y las referencias turísticas, en español e inglés. Los primeros cinco mapas de la serie son: Quebrada de Humahuaca, Valles Calchaquíes, Tren a las Nubes, Valle Calchaquí Sur y Salinas Grandes. Los mapas se venden en algunas librerías de Buenos Aires, como Santa Fe, Hernández, Antígona y Eterna Cadencia. También, es posible comprarlos online.

A los Mapas Turísticos se suma la serie Guía de Viajes de Campo, dedicada a la cordillera de los Andes. La primera es sobre el Tren a las Nubes y sirve para los que hagan el viaje en tren (Ramal C 14 del Ferrocarril General Belgrano) y en auto  o bus, por la Ruta 51. Completos textos sobre la construcción del tren, localidades, infraestructura, geología, flora, fauna, arqueología y más. Además, un glosario, doce mapas desplegables y fotos de concurso. Próximamente, ¡nueva guía! Ampliaremos.

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El largo viaje de Tats

El viaje de Tatsuya Kato (23) es espontáneo, multifacético y sobre todo, largo. Hace tres años que salió de Tokio y no tiene fecha de regreso. Viaja para conocer otras realidades. Viaja para ver con sus propios ojos. Viaja para aprender.

Nos conocimos de casualidad, en la Quebrada de Humahuaca, cerca de Tilcara, rodeados de cerros, iluminados por un sol tan fuerte que no me extrañaría si por un momento pensó que también yo era japonesa.

Hablamos un rato, pero cada uno seguía una ruta distinta y sólo pudimos conversar un rato en la caja de una camioneta. Hace unos días me pregunté dónde estaría. ¿En Chile? ¿En Perú? Le mandé un correo con algunas preguntas, que contestó desde Iquique. Dice que encontró un trabajo como fotógrafo en un negocio de fotos, así que se quedará algunos meses por allá. En la foto del traje está lookeado para su nueva ocupación, y en la de tigre, también: así pretende lograr que los niños sonrían. Por cierto, creo que sus estudios de teatro fueron esenciales para este viaje.

Con ustedes, Tatsuya Kato, Tats para los amigos.

¿Cómo tomaste la decisión de salir de viaje?
En mi opinión, la vida es aprendizaje, el viaje es aprendizaje, entonces, la vida es viaje.  Siempre me preguntaba por qué había tantas diferencias entre los países. Había toneladas de preguntas en mi cabeza.
Cada vez que veía un documental de los países en desarrollo, le preguntaba a mi madre: ¿Por qué él se muere de hambre y yo puedo comer tan bien? ¿Por qué a él le falta una pierna y yo puedo correr? ¿Por qué él sujeta un arma y yo una lapicera? ¿Por qué el hombre blanco le pega al negro?
Un día me di cuenta que había estado viendo sólo 1 grado en un mundo de 360. Mientras crecí supe algunos de los por qués, pero quería ver las realidades con mis propios ojos, porque los libros, los documentales y el resto podían responder a mis preguntas pero no era mi propia experiencia. Viajar es descubrir nuevos ángulos a estos temas.

¿Cuándo partiste?
Empecé mis viajes el 5 de mayo de 2007, cuando tenía 19 años. En Japón, el 5 de mayo es feriado nacional. Se llama Kodomono-hi, que quiere decir el Día de los Chicos (varones). Era el último año antes de convertirme en adulto (se supone que a los 20 se es adulto en Japón), y decidí viajar por mi país para conocerlo y convertirme en un verdadero hombre japonés antes de salir al exterior. Viajé por las 47 prefecturas en moto, con un pobre gato blanco que me encontré en cuando iba hacia la isla de Okinawa.

¿Sabías que sería un viaje de varios años?
Nadie sabe qué sucederá. No tenía idea durante cuánto tiempo viajaría. No me gusta tener planes fijos para la vida. Dejo que el río corra. No sé adónde iré después, pero sí sé que encontraré un camino y lo seguiré.

¿Cómo te lo costeas?
Como soy japonés, sé trabajar duro. Cuando estaba en Tokio tenía cinco trabajos al mismo tiempo; trabajaba entre 10 y 12 horas por día, los siete días de la semana. Fui ayudante de cocina, camarero, bartender, maestro, traductor y fotógrafo; trabajé en un hostel, fui instructor de danza y street performer. Me resulta fácil conseguir trabajo. Puedo hacerlo en unos días, a veces incluso en un par de horas.

¿Tenés un plan?
Hay una regla: nunca compro un ticket de ida y vuelta. Por dos dos razones. 1) no soy un turista, sino un viajero. Los turistas siempre tienen lugares donde ir y límites de tiempo  para volver; los viajeros no. 2) Cualquier cosa que quieras conocer bien requiere cierto tiempo. Quedarse en algún sitio por un par de días es como ver sólo la superficie de  una botella. No sabrás nada más. Quedarse algún tiempo es como entrar en una botella y experimentar el sabor único de su contenido.

¿Cómo será volver a estudiar después tantos años en la ruta?
Primero que nada, me encanta estudiar. No importa si en un escritorio o viajando por el mundo. Además, creo que estos viajes son esenciales para lo que quiero estudiar, Desarrollo Internacional. Necesitamos una motivacón para todo lo que queremos hacer. No sabía qué quería hacer cuando tenía 17 años, pero ahora sí lo sé. Este viaje me hizo saber qué es lo que realmente me gusta y qué es lo que quiero.

¿Te gustaría navegar en el Peace Boat, ¿cuándo irías? ¿Qué harías?
Cuando llegue a México, me contactaré con la oficina principal en Yokohama, Japón. Este barco hace tres viajes al año llevando mensajes de paz a ciudades pobres de América Latina. Si el barco llega a donde yo esté, me subiré. De lo contrario, lo esperaré trabajando en algún lugar de Caribe. En el barco puedo trabajar como traductor de japonés-inglés-español.Por eso necesito mejorar mi español, tiene demasiadas conjugaciones! [N. de R. La entrevista fue en inglés] Sigue leyendo

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Claves para conservar la sonrisa

Escuela de Casabindo, Jujuy, agosto 2010.

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Los 25 imperdibles de Montevideo

En este número de la revista Lugares, mis 25 imperdibles de Montevideo, con las buenísimas fotos que se ven -¡y todas las que no se ven!- de Ivana Salfity. El Palacio Salvo, el candombe, bares y restaurantes, la «nueva» Ciudad Vieja, museos, librerías, la Ruta del Chivito y más.

En la misma revista, dedicada a lugares cercanos a Buenos Aires, escribí sobre Santa Fe, una ciudad que me sorprendió. Encontré historias, buenos paseos y destacada infraestructura para los turistas, desde hostels hasta un cinco estrellas en una especie de Puerto Madero santafesino. Acompaña el recorrido, el pescado de río y el liso, esa medida de cerveza que inventó el maestro Otto Schneider. El liso se sirve en un vaso liso, no muy grande, con dos dedos de espuma y bien helada. La Chopería Santa Fe es un buen lugar para tomarlo en su punto justo.

También, notas sobre Paraná, Victoria, Balcarce, Olavarría y Ramallo, una ciudad que si hubiera un concurso de Turismo Tragedia, podría ganarlo sin problemas.

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Qué bueno es estar enamorado

El lugar es rabiosamente urbano. Podría haber estado en Nueva York, Londres o San Pablo. Pero está en Buenos Aires.

Se entra por una puerta sobre la avenida Córdoba. Una puerta de chapa pintada con aerosol. De afuera no dice mucho. Es una puerta secreta, a veces incluso hay que dar una contraseña. Una mujer abre y te hace pasar. Después de la puerta hay una escalera oscura. Ella te ilumina con el celular hasta llegar arriba. Arriba es una casa antigua ocupada y decorada por artistas punks, tal vez con más color, ¿tropical punks?

En la habitación principal suena lo que mi amigo y guía, que es músico, me explica que es un «colectivo de improvisación». Dos chicos hacen música con una computadora, uno toca el saxo, otro sopla la ocarina y dos chicas gritan miau y guau en un micrófono, delante de una pared azul con peces que me recuerda a un afiche de Nemo.

Hay poca luz y gomas de camión para sentarse. Hay un chico despeinado que frota las tetas de un maniquí rojo con un puntero láser verde.

La música llega a cada cuarto con la misma intensidad del olor, cuando en casa cocino bife a la plancha. Mi amigo se encuentra con otros dos músicos: uno tiene cara de nerd, anteojos rectangulares, flequillo moderno, mirada lejana. No le gusta el «colectivo de improvisación». Lo dice con tanto énfasis que tengo la impresión de que en cualquier momento saca una navaja y los degüella.

Hay cerveza de la que toma Homero en el bar de Moe, hay una pareja que juega a no caerse en el hueco de las gomas de camión, moviéndose sólo por el canto. Hay un cartel en la pared con un stencil precolombino que dice Momento Chicha y hay una chica con el pelo como Cristóbal Colón, con una falda de tablas, medias negras y un cartel pegado en la espalda, escrito con letra de nena de 5to grado que dice: Qué bueno es estar enamorado.

Esparce distraídamente su mensaje en el aire ahumado. Como una instalación viva. Como una evangelizadora cool. Es lo que más me gusta de mi visita a esta casa clandestina de Buenos Aires.

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