A veces no sé bien para qué sirve Facebook y tengo ganas de borrarme. Otras, cuando busco algún nombre y aparece una persona que no veo hace tiempo, decido quedarme.
Varios años atrás, en un viaje largo, recorrí el Tíbet y conocí a dos montañistas chilenas. Estuvimos juntas unos diez días en Lhasa, la capital del Tíbet. Visitamos el Potala, el Jokhang y monasterios alejados a los que para llegar había que levantarse a las 5 de la mañana, en medio de la helada de una capital a 3600 metros de altura. Un día alquilamos unas bicicletas con Rómul y Gerd, un catalán y un alemán. Nos fuimos a pasear por los alrededores de la ciudad, donde ya en esa época había cada vez más chinos. También comimos hamburguesas de carne de yak, nos dolió la cabeza por la altura y dijimos más de cien veces tashi delek, el saludo tibetano.
Una de esas montañistas chilenas se llama Natalie Tabensky. Después del viaje nos escribimos algunas veces. Así me enteré que había trabajado como guía en el Explora Lodge de Torres del Paine, pero me imaginé que tal vez después había retomado su profesión de ingeniera civil industrial. Varias veces me la imaginé trabajando en alguna empresa.
Hace un mes puse su nombre en Facebook y la volví a ver. Decidí escribirle un mensaje para ver en qué andaba, si se había convertido en una mujer muy formal que va con traje a la oficina, si seguía viajando, si escalaba. Recuerdo que cuando nos conocimos me contó que había participado en una expedición al Aconcagua.
Me contestó hace unos días. Trabajó en muchas oficinas, pero nunca dejó de viajar. Conoce más de treinta países en seis continentes. Justo hace poco llegó de un viaje de más de nueve meses, una especie de vuelta al mundo en busca de sus raíces. Aproveché el encuentro para hacerle una pequeña entrevista sobre su última experiencia.
¿Cuándo decidiste el viaje y por qué?
Fueron varios factores que se unieron para tomar la decisión de hacer un viaje alrededor del mundo. El primero era que sentía que era hora de hacer un cambio en el trabajo. Generalmente cuando me pasa esto, en vez de buscar trabajo de inmediato, aprovecho para hacer un viaje largo. Como además contaba con ahorros para estar un tiempo sin trabajar y tenía ganas de reencontrarme con mis raíces que están repartidas por el mundo, decidí que era un buen momento para partir.
El recorrido lo fui diseñando de acuerdo al momento en que quería estar en cada lugar. Por eso decidí empezar el viaje en Europa para luego ir a Sudáfrica, India y Australia. Tuve la suerte que durante todo el recorrido seguí el verano y/o primavera en los respectivos lugares así que resultó mucho mejor aún, no sólo por el buen tiempo si no que también porque es época de festivales.
El viaje empezó en Hungría con mi madre que es húngara y que emigró a Chile cuando tenía 13 años. Conocí los lugares donde mi madre había vivido, estudiado y frecuentado cuando era chica. En Europa aproveché para ir a España, Hungria, Slovenia, Austria, Alemania, Inglaterra y Gales (foto). En Sudáfrica conocí a mi único sobrino que nació 3 semanas antes de que llegara, así que compartí con él sus primeras semanas de vida. De Sudáfrica me fui a la aventura a India y luego de allí a Australia, donde entre otras cosas participé en la celebración de los 90 años de mi abuela paterna junto al resto de la familia.
Además de ver a familiares, aproveché de visitar amigos que vivían en lugares cercanos y de realizar otras actividades: una caminata por los Julian Alps en Slovenia, un trekking en Los Alpes, otro en la costa Sudafricana llamada Otter Trail y otros dos trekking en Tasmania (The Overland Track y The Walls of Jerusalem).
¿Qué tipo de pasaje sacaste?
Hay muchas ofertas de viajes alrededor del mundo (RTW). Considerando los paises donde quería ir, me convenía tomar el viaje con la alianza One World, que es una alianza de varias líneas áereas que pasan por los lugares que quería visitar. Además resultó conveniente pues pude acumular las kilómetros “lanpass” que me sirven para viajar grátis a algún lugar del mundo.
¿Cuánto te quedabas en cada país?
Fue variado. El país donde más me quedé fue Australia: más de 4 meses pues allí está la mayor parte de mi familia. El país donde menos me quedé fue Slovenia: tres dias solamente. En éste último, me hubiera gustado pasar más tiempo pues superó todas mis expectativas. Tiene unos paisajes muy bellos y para aquellos que les gusta la vida al aire libre, está lleno de actividades: trekking, montañismo, escalada, rafting o simplemente contemplar la naturaleza.
¿Cómo te movías? ¿Parabas en hoteles o en casa de amigos?
En Europa me movilizaba en tren y en línea aérea barata si había. Estas son muy convenientes pues puedes volar de un país a otro en forma muy económica. Por ejemplo, una vez volé en Ryanair, que por 100 dólares me llevó desde Londrés a Frankfurt ida y vuelta. Lo único malo que el aeropuerto de Frankfurt Hahn no estaba en Frankfurt si no a más de 110 kms de la ciudad. Lamentablemente cuando tomé el avión no tenía idea de esto. Uno pensaría que si un aeropuerto lleva el nombre de Frankfurt es por que está en esa ciudad, pero en este caso particular no es así.
¿Cuál era tu presupuesto diario?
No tengo idea cuanto gasté pero no fue mucho pues como me quedaba en casa de conocidos no tenía que pagar por alojamiento. Para ser sincera gasto más viviendo en mi ciudad (Santiago) que lo que gasté viajando. También depende mucho de qué países visitas, pues por ejemplo, la India es muy barata, pero Inglaterra es de los paises más caros que he visitado.
¿Usabas guía?
Generalmente cuando viajo uso los libros guías del Lonely Planet. Esta vez andaba con el de Europe in a shoestring, la de Sudáfrica, la de NSW de Australia y la Walking in Australia, que es al final la que más usé.
¿Dónde contabas las historias del viaje?
Empecé escribiendo un diario, pero dejé de hacerlo cuando llegué a Sudáfrica pues preferí ocupar el tiempo disfrutando del momento presente. Lo que sí tengo son muuuchas fotos. Saqué más de 6000. Es una excelente forma de recordar los lugares, los acontecimientos y las personas con las que compartiste. En este viaje cambié mi cámara clásica por una digital y la verdad es que es una maravilla pues no cuesta nada bajar las fotos a un CD y pasarlas a un album digital para que tus conocidos lo puedan ver en cualquier parte del mundo. Recomiendo mi cámara porque saca muy buenas fotos, es chica, liviana y fácil de usar. Es una Canon PowerShot A710IS. También recomiendo usar un Memory Card Reader para bajar las fotos a un computador y pilas recargables para no contaminar tanto el medio ambiente.
¿Qué trekkings hiciste?
Hice una caminata por los Julian Alps (foto) en Slovenia donde subí tres cerros, el más famoso llamado Vogel (1922 m) en el Parque Nacional de Triglav en la región de Bohinj. Este lugar está lleno de caminatas de todos los gustos, niveles y duración, y existe muy buena información al respecto. Aunque yo andaba sola, nunca me sentí sola pues es un lugar muy frecuentado por europeos.
También hice un trekking de cinco días con dos amigas austríacas en los Alpes, en la frontera entre Austria e Italia. Se llama Karnischer Hohenweg (El camino alto de los Alpes Cárnicos). Aunque nos tocaron varios dias de lluvia y frio, de vez en cuando se abrían las nubes y podíamos disfrutar de paisajes espectaculares. Además, los albergues en la ruta
son muy cómodos y agradables. Todos cuentan con servicio de desayuno, almuerzo y comida (típica austríaca), son calentitos, limpios y cuentan con un cuarto especial para dejar la ropa mojada, de modo que al dia siguiente cuando te toca partir está toda seca. La gracia de los albergues es que uno puede caminar en forma muy liviana pues no es necesario llevar ni carpa, ni comida, ni cocinilla, ni saco de dormir. Basta con un saco de seda o una sabana, pues los refugios proporcionan camas y frazadas. En esta caminata habían muchos austríacos y alemanes, más que ciudadanos de cualquier otra nacionalidad.
También, hice una de las caminatas más famosas de Sudáfrica llamada The Otter Trail que dura 5 días. Va bordeando la costa entre acantilados, bosques y playas. Lo más complicado de es atravesar los ríos: hay que cruzarlos con la marea baja pues de lo contrario, no queda más que cruzar nadando con mochila y todo. Aunque partí sola, en el camino hice varios amigos. ¡Menos mal! Porque de ninguna forma me hubiera atrevido a cruzar los ríos sola. Al que le interese esta caminata es importante que reserve con anticipación aquí.
Me tocó además hacer dos trekkings con amigos y una prima en Tasmania: el Overland Track, que nos tomó 10 días incluyendo rutas alternativas, y el otro en Walls of Jerusalem National Park. El Overland Track es el trekking más famoso de Tasmania y es el más organizado que he visto. Me llamó mucho la atención todas las gestiones que realiza el Parque para que las personas dejen el mínimo impacto posible. Una buena parte de la ruta cuenta con tablones para que el suelo no se degrade y hasta los desechos humanos se sacan en helicóptero. Sigue leyendo →